Dislexia es un "trastorno invisible" y afecta a 1 de cada 10 niños

En el marco del Día Internacional de la Dislexia, que se celebra cada 8 de octubre, María Arabetti, presidenta de Disfam Argentina, dialogó con Radio Buenos Aires AM 1350 sobre la necesidad de visibilizar este trastorno del aprendizaje. Arabetti explicó que la dislexia es una dificultad para aprender a leer "en forma fluida, exacta y automatizada" en chicos sanos e inteligentes, y que el acompañamiento más temprano posible es fundamental debido a que el sobrefuerzo diario provoca una gran frustración en los estudiantes.

La especialista señaló que la dislexia se considera un "trastorno invisible" y se manifiesta con pequeñas señales desde edades tempranas. Indicó que, aunque se suele preguntar cómo detectarla, es más común de lo que se cree: "Uno de cada diez chicos tiene [dislexia]... no, hay dos por aula". Arabetti hizo un llamado a las familias y docentes a detectar la dificultad, hacer el diagnóstico y el tratamiento, pero también a "descubrir la fortaleza de los chicos".

La presidenta de Disfam Argentina destacó la importancia del rol docente y familiar en el proceso, especialmente para evitar exponer a los niños. "Nadie mejor que ellos saben qué estrategias les viene mejor para demostrar sus aprendizajes. Entonces, en esto hay que escuchar un poco más a los alumnos". Arabetti advirtió que el sobrefuerzo y la falta de empatía generan heridas que se manifiestan en el ámbito escolar y que muchas veces causan abandono en la secundaria.

En relación al marco legal, Arabetti recordó la existencia de una normativa que ampara a quienes padecen esta condición. "Hay una ley nacional que pone de manifiesto los derechos que tienen las personas con dislexia y bueno, con ese acompañamiento ellos pueden brillar". Detalló que en el artículo sexto de la ley están enumeradas las estrategias básicas que las escuelas tienen obligación de implementar. Finalmente, envió un mensaje esperanzador: "Ellos pueden ser lo que quieran... Lo importante es que en el camino no les cortemos las piernas". Hoy, con diagnóstico temprano (hacia mediados de primer grado), tratamiento psicopedagógico e incluso el uso de herramientas como la inteligencia artificial para la enseñanza, el pronóstico es positivo.

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